Entendemos por bomba de agua el aparato capaz de bombear el agua de un sitio a otro, da igual de que fluido se trate. Existe una gran variedad de bombas de agua en el mercado, existiendo bombas para aguas limpias y sucias, para vino o para incluso la leche.
En este artículo vamos a centrarnos en las bombas de agua domésticas, que podemos encontrar en cualquier vivienda. Su función es la distribución de agua potable a toda la red urbana, aunque también se pueden cubrir necesidades como la calefacción o la gestión eficiente de los residuos.
Las viviendas que se encuentran en plena ciudad no van a tener que preocuparse por el suministro de agua. Sin embargo, la gente que tiene una casa de campo, debe saber bien cómo gestionar bien el flujo de agua corriente para el hogar. Aquí es donde entra el dilema entre bombas de agua normales y las bombas de agua a presión, destinadas a mover grandes cantidades de agua para trabajos agrícolas y ofreciendo un suministro de agua continuo y fiable.
El mantenimiento de las bombas de agua, clave para su buen funcionamiento
El desgaste es algo inevitable para cualquier sistema que se precio y, lógicamente, las bombas de agua no son una excepción. En este sentido, el mantenimiento es la principal manera de evitar problemas futuros en nuestra bomba de agua, ya sea por acumulación de residuos o por desgaste del material.
Da igual el tipo de bomba de agua que tengamos instalado, al ser aparatos que funcionan durante casi todo el día, el mantenimiento es algo que no se puede perdonar. Es cierto que dependiendo del modelo de bomba que estemos utilizando, la frecuencia de mantenimiento variará, pudiendo tener que hacer revisiones mensuales o tan solo trimestrales o semestrales. En este sentido, lo mejor es contar con expertos que sabrán cómo actuar y con qué frecuencia debe hacerse el mantenimiento.